viernes, 30 de agosto de 2013

Murió el escritor y periodista cubano Jaime Sarusky

Murió a la edad de 82 años, el reconocido escritor y periodista cubano Jaime Sarusky Miller. El hecho ocurrió durante la madrugada del jueves pasado en la ciudad de La Habana. Este escritor, apodado El Tigre, estudió en La Sorbona con Roland Barthes, y recibió dos veces mención en el Premio Casa de las Américas, en el Alejo Carpentier y en el Nacional de Literatura.

En su itinerario siempre recalcaba la importancia del compromiso que debía tener cada escritor con su trabajo. "Por disciplina, hay que escribir todos los días. Si consigue diez líneas será magnífico, pero si escribe dos estará muy bien", recalcaba.

En los años sesenta trabajó en la Isla como redactor y jefe de rotograbado del periódico Revolución, posteriormente fue redactor de La Gaceta de Cuba (1965), jefe del suplemento y la página cultural de Granma (1967) y periodista de Bohemia (1971). También colaboró con Lunes de Revolución, Casa de las Américas y publicaciones de la Unión Soviética, Francia, la República Democrática de Alemania, Nicaragua, México, Puerto Rico, Panamá y Brasil.

Sarusky impartió conferencias en varios países sobre literatura cubana; asimismo, sobre la emigración escandinava y la comunidad hindú en la Isla.

En los años noventa visitó varias ciudades de Estados Unidos para realizar investigaciones culturales, impartir conferencias e invitado por el Jewish Community Relations Council de San Francisco, California.

Las autoridades culturales de la Isla le dedicaron en 2011 la Feria Internacional del Libro. Entre otros reconocimientos, recibió la Distinción por la Cultura Nacional

Además de La búsqueda, Sarusky publicó Rebelión en la octava casa (novela); El tiempo de los desconocidos (crónicas); La política cultural de Cuba (ensayo); Los fantasmas de Omaja(estudio sobre comunidades de inmigrantes norteamericanos, suecos, japoneses, indostanos y yucatecos en Cuba); El unicornio y otras invenciones (ensayos y crónicas); Diario de una revolución; Cuba: La imagen y la Historia, La aventura de los suecos en Cuba (ensayo) y Un hombre providencial (novela, Premio Alejo Carpentier), entre otros libros.

Una de sus particularidades fue haber incursionado en la novela sin haber pasado por el cuento, al respecto Sarusky explicaba: "Es que mi camino ha sido totalmente al revés. Esto le ha llamado la atención a otras personas, que no se explican cómo pasé del periodismo directo a la novela. Cuando vivía en París, colaboré en Bohemia mientras estaba escribiendo mi primera novela. No dejaba de hacerlo, aunque la novela me costaba más, porque psicológicamente uno tiene mucha más presión cuando está haciendo literatura que cuando escribe en la prensa. Son dos tareas diferentes: en la ficción uno tiene que pensar en las reacciones del protagonista; pero también de los antagonistas, no puede violar ciertas reglas de su vida, aunque parezca que el escritor, el que inventa los personajes y las situaciones, puede luego andar haciendo y creando a su manera. Una vez que ya usted ha perfilado un personaje tiene que haber coherencia, tiene que respetar las leyes de la psicología humana y todo ello lo mantiene a uno con la preocupación de no equivocarse".

Por otro lado destacaba: "En el sentido que yo buscaba en aquel momento no me equivoqué, aunque el personaje principal no era un hombre de grandes hazañas. De alguna manera también tiene su carga simbólica, pues estaba paralizado, congelado, sin saber cómo actuar a la altura de sus aspiraciones. Cuando uno piensa un personaje no lo tiene completo, redondo, por lo menos yo siento que se va conformando en la medida en que se va escribiendo, en que van apareciendo sus problemas, sus soluciones"

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