jueves, 22 de agosto de 2013

Es claro... por Liliana Falchini

Y si de pronto madurás, que ya es hora, y se reavivan recuerdos de la enmarañada opacidad de las piruetas del dolor insostenible, casi perverso, donde legislan tus monólogos irascibles.

Y si en un momento, alguna sinapsis, te conecta al mundo real... donde se nace , sufre, vive , muere, siente, se perturba, hay catástrofes del alma y de la tierra... y un sin fin de vivencias , de las que te corres a un costado, para enceguecer.


Y en paralelo creas un mundo misántropo, limitado, irónico... en definitiva gusarapiento.

Y si te cae la ficha, de que tus propias demenciales leyes, creadas por ideales utópicos que no caben, que no se comprenden , que son ilegitimas... vapuleadas por ineptos que se exaltan como laderos.

Veras que tanta opulencia es paradojal.

Que las telas de marca que te cubren y adornan, son parches sin plataformas.

Que las sedas italianas y los cueros que ostentas, son la mentirosa plutocracia en tu grupo de imberbes mimetizados.

Que la plenitud del ser tiene otros caminos.

Tonificante escuadra de senderos donde arraigar los frutos armónicos cosechados.

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