miércoles, 14 de agosto de 2013

Kaleidoscopio. La poética de Lorenzo García Vega

Compartimos este ensayo sobre la poética de Lorenzo Garcia Vega, escrito por el poeta y ensayista Jorge Luis Arcos y editado hace unos meses por la Editorial Colibrí. Asimismo, destacamos la importancia de esta obra para futuros análisis literarios, ya que es el primer ensayo que se escribe seriamente y con un profundo significado poético, donde el autor reflexiona sobre si mismo, mientras analiza al poeta nacido en Jagüey Grande, Cuba.

Jorge Luis Arcos nos introduce en un extrañamiento donde, en el trascurso de la lectura ensayística se modifica de forma vital.


Dejamos un fragmento del libro en pdf y un link para aquellos que quieran comprarlo online.




Descripción



“Lo más singular de la obra de Lorenzo García Vega es la mezcla o superposición de todas sus poéticas. Es por ello que finalmente he denominado a este palimpsesto de poéticas como una poética kaleidoscópica. La inextricable e indiscernible fusión entre el sentido y la forma –a tal punto que, en su caso, es la forma la dadora suprema de sentido- cuaja en la conversión de su poética del reverso en una poética kaleidoscópica: lo cosmovisivo –su percepción misma- encuentra su forma idónea de manifestarse: lo kaleidoscópico o laberinto lorenzianos, como una consecuencia también de asumir un radical descentramiento. De ahí, entonces, el relato sin relato, el antipoema, la novela mala; de ahí la incesante promiscuidad genérica; de ahí lo inexpresivo, que linda con el conjuro del vacío; de ahí el sentido como proyectivo, vesperal, abierto, roto, fragmentario, de una obra que siempre termina por remitir al diario, al ensayo, a las memorias, a lo autobiográfico: a un implacable autoconocimiento. Su propia vida: ese es su misterio mayor. Toda su obra es como la revelación de la búsqueda de un sentido vital, de una identidad siempre herida, abierta. Es por eso que el poderoso contenido psicoanalítico de su obra termina por configurarse en una suerte de percepción autista, minimalista, de una intensidad, concentración o condensación pasmosas -alquímica, la describe él-. Esta veta cuántica lo acerca a la textura, a la materialidad misma de las cosas como a un umbral de imposible definición. De ahí la sensación ambivalente de lo inexpresivo e inexpresable. Pero su obra también parte de un alejamiento de la percepción realista del arte y la literatura. A la vez que asume la marginalidad a que lo conduce su rechazo de la Novela y de la Poesía como encarnaciones dudosas de grandes relatos, de formas absolutas; a la vez que se aparta de todo centro, sistema, de toda tradición clásica, su obra encuentra en lo onírico, en lo fantástico un venero para su imaginación creadora. Como que parte además de una cosmovisión inmanente –no trascendente- entonces el otro mundo termina por expresar lo misterioso, lo ambivalente, lo inexpresable, lo fantástico incluso, lo daimónico de la realidad a través de su singular percepción. Pero esa mirada cuántica o minimalista, esa alquimia de lo matérico (que se regodea en lo plástico o en la superficie textual como en un límite o un umbral inauditos) lo arrostran a una suerte de mística de lo material. Y es aquí donde el sentido último de su obra se nutre de una espesura metafísica, porque por el reverso se allega la nada, se conjura el vacío, por lo que detrás de su ludismo o jovialidad, y de su confesado vitalismo, late, palpita una profunda experiencia espiritual.”

Jorge Luis Arcos 


No hay comentarios:

Publicar un comentario