jueves, 29 de agosto de 2013

Espectacular obra de arte se expone en Tecnópolis

BUENOS AIRES, ARGENTINA.- Con la idea de abordar a través de exposiciones las múltiples conexiones entre ciencia y arte se inauguró en Tecnópolis una nueva sede del Museo de la Universidad de Tres de Febrero (MUNTREF), con una muestra titulada "Morfologías de la mirada", de Mariano Sardón y Mariano Sigman, un proyecto participativo que vincula arte y neurociencia.



La explicación de la obra es realmente fascinante: un dispositivo especial con el que se experimenta en laboratorios de neurociencia, registra el lugar dónde se posa la mirada del público, en una obra constituida por retratos y que registra también los movimientos oculares.

Los visitantes pueden ser retratados o experimentar con su mirada sobre otros rostros. Conforme transcurra el evento, se irá generando un archivo de recorridos de la visión, una suerte de memoria de la mirada.

Sigman es director del Laboratorio de Neurociencia Integrativa de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y Sardón es artista, investigado, profesor titular y coordinador de la carrera de Artes Electrónicas de la Universidad Nacional de Tres de Febrero (UNTREF).

"Morfologías de la mirada" surgió de una investigación conjunta entre ambas casas de estudio y una pregunta aparentemente simple: ¿Cómo se construye la mirada? Entonces, analizaron el retrato generado por el recorrido de los ojos de 200 personas mirando simultáneamente la imagen de cada rostro.

¿Qué es lo que ve un individuo cuando se enfrenta a una imagen? ¿Qué recorrido realizan sus ojos? ¿Dónde posa su atención y qué zonas quedan fuera de su interés? ¿En qué medida esta combinación entre áreas visualizadas y negadas contribuye a la construcción de aquello que consideramos una aproximación al mundo?

A través del dispositivo creado, Sardón y Sigman intentan una aproximación a los recorridos oculares, donde destacan en primer lugar los ojos y las bocas, los sitios que ayudan a reconocer más rápidamente a la persona que tenemos enfrente; en contrapartida, los bordes laterales son los sectores menos visitados por la mirada.

"El disparador fue un experimento en el laboratorio de neurociencia donde uno puede percibir la completa ambigüedad de lo que percibimos del mundo. Los pocos indicios que tomamos a través de la mirada para dar fe de lo que vemos", explica Sardón a Télam.

"Este recorte que la mirada ejerce sobre las cosas del mundo nos parecía potente a la hora de mirar a otras personas y su rostro -prosigue-. Teníamos ante nosotros una experiencia que nos permitía adentrarnos en lo que las personas vemos de nosotros y lo que dejamos afuera. Dar a conciencia de la extensión temporal de la construcción de la mirada sobre otros".

EXTRAIDO DE TÉLAM 

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